La xerojardinería es planificar un jardín bajo el criterio de realizar un uso racional del agua. Para ello, en este tipo de jardines, no predominarán las grandes extensiones de césped y no abundarán las flores o plantas exóticas que requieran mucha agua. Es una forma de tener un jardín diferente, agradable y al mismo tiempo ahorrando agua.
En los xerojardines también predominan los colores y los contrastes, solo que usamos otros elementos decorativos para ello.
Qué elementos utilizar
Si nos hemos decidido por este tipo de jardines, en nuestro espacio tomarán importancia los diferentes tipos de pavimentos y suelos. Entre ellos destacamos:
Cantos rodados: nos sirven para delimitar zonas al mismo tiempo que retienen la humedad del terreno.
Cortezas de pino: preservan a las especies y conservan la humedad.
Arena de albero: este tipo de tierra hace que con su vivo color resalten las plantas que lo rodean.
Gravas decorativas: con ellas haremos originales diseños y preservarán la humedad.
Además, optaremos por diseñar con rocas, formando llamativas rocallas, que harán que no tengamos que usar tantas especies vegetales.